No había familia tan armoniosa como los Franco-Estrada. Por su situación económica y prestigio social, ellos infundían respeto y cosechaban la admiración de quienes los rodeaban… hasta que llegó Adrián Espino, un hombre negro de 30 años, atractivo y elegante, sereno y misterioso.

La telenovela juega con la imaginación del televidente, que no logra descubrir la motivación real del protagonista hasta el final de la historia. Adrián desestabilizó aquel hogar que parecía inquebrantable. Estaba acostumbrado a observar sin ser observado y a analizar todo sin descubrir sus intenciones. Todos los miembros